viernes, 2 de septiembre de 2011

"Dibs En Busca Del Yo"

“DIBS Y LA TERAPIA DE JUEGO”

El juego es la forma de comunicarse del niño y es por ello que para trabajar con niños hay que entender y aprender el significado del juego. “La responsabilidad del terapeuta es la de determinar la técnica más apropiada para el caso en lugar de forzar al niño a un molde terapéutico. Hay que individualizar y acomodar las técnicas al niño (enfoque prescriptivo ecléctico) que cuenta con el apoyo intuitivo y de investigación.”

“Erickson (1950) nos dice que el juego es una función del yo, un intento de sincronizar los procesos corporales y sociales con el sí mismo”. El juego tiene una función de comunicación. Es a través del juego que se ayuda a los niños a expresarse y posteriormente a resolver sus trastornos emocionales, conflictos, o traumas. Y además promover el crecimiento y el desarrollo Integral, tanto en lo cognitivo como en las interacciones con sus semejantes de manera apropiada como se pudo observar en el caso de Dibs en el libro, “Dibs – en busca del yo”.

Por medio de la terapia de juego, se pretende que el niño desarrolle funciones biológicas tales como: aprender habilidades básicas, relajarse, liberar energía excesiva, estimulación cinestésica y ejercicios.  En cuanto a las funciones intra personales, tales como: el deseo de funcionar, dominio de situaciones, exploración, iniciativa, comprensión de las funciones de la mente, cuerpo y mundo, desarrollo cognitivo, dominio de conflictos y satisfacción de simbolismos y deseos. En las funciones interpersonales se pretende tomar en cuenta tales aspectos como el desarrollo de habilidades sociales y separación/individualización.

Anteriormente de iniciar la terapia, Dibs se presenta como un niño retraído socialmente, introspectivo, aislado, agresivo, berrinchudo, le hacía daño a otros como: escupiéndole a las maestras, tanto como aruñar y pegarlas. Se peleaba con sus compañeros, y cuando alguien se le acerca a él se acurrucaba en el piso y no se movía. Dibs nunca veía a nadie directo en los ojos, mucho menos respondía cuando se le preguntaba algo. Nunca lloraba cuando está en el camino para la escuela,  pero cuando lo dejaban en la puerta de la escuela lloraba y esperaba que alguien se le acercara y lo condujera al salón. También, Dibs pasaba el tiempo gateando por los extremos de la habitación, escondiéndose debajo de las mesas, o atrás del piano, mirando libros todo el tiempo.



Dibs masticaba el costado de su mano, chupándose el pulgar, postrándose rígido en el piso cuando alguna de las maestras o alguno de los niños trataba de involucrarlo en alguna actividad. Era un niño solitario en lo que debe de haberle parecido un mundo frío y hostil. Él no tomaba nada, directamente, de nadie. Si el objeto de colocaba en una mesa o en el piso cerca de él, más adelante lo tomaba y lo examinaba cuidadosamente. Nunca dejó de aceptar un libro.

El caso de Dibs es un claro ejemplo del importante papel que juega la autoaceptación en el desarrollo óptimo de una persona. En las terapias de juego que recibía el niño, se buscaba que él mismo pudiera reconocer sus propios problemas, que lo afrontara y que decidiera lo que él debía hacer con los sentimientos que lo aquejaban.


El niño expresaba un lenguaje complejo sus sentimientos de inseguridad, pero durante la terapia fue buscando equilibrio, a los sentimientos y emociones. Mientras iba evolucionando la terapia, Dibs demuestra durante la terapia una conducta, lo cual, hace ver que  su casa no es un lugar dónde se encontraba seguro.

La terapeuta descubre que el niño se refugiaba en la lectura cuando tiene un problema emocional. Dibs durante la terapia, pintaba con los dedos, jugaba con la caja de arena y tomaba el té donde se pudo escuchar por la primera vez reírse. Conforme las terapias, el lenguaje de Dibs fluía de manera más “normal” y su conducta fue modificado siendo más “adaptativo”.


  



















Melanie Klein (1932) propone el juego que utiliza como sustituto de la verbalización, ya que es la forma de comunicarse del niño y una terapia efectiva que ayuda al niño a modificar su comportamiento, clarificar el concepto de sí mismo, y construir relaciones saludables. En la Terapia de Juego, el niño entra a una relación dinámica con el terapista que le ayuda a expresar, explorar y encontrar un sentido a sus dificultades, experiencias dolorosas o problemas.



Estos problemas incluyen:


·         Depresión
·         Ansiedad
·         Agresión
·         dificultades de aprendizaje
·         déficit de atención
·         abuso
·         ruptura familiar
·         violencia doméstica.

Durante el proceso de la terapia se observó, a un niño más calmado y feliz, sin berrinches, ya no se chupaba el dedo, miraba de frente a las personas, contestaba casi siempre cuando se le pregunta algo, algunas veces jugaba con su hermana y empezó a demostrar afecto. También realiza comentarios por su propia cuenta. Dibs se ha adaptado más a su ambiente ya que empezó a demostrar más interés por los otros niños, cuando algo le molesta vuelve hablar como bebé, por lo cual sus conductas agresivas se ha disminuido al igual que su retraimiento social, a pesar, de su conducta regresiva como hablar como bebé. 

Al estar centrados en el niño aceptamos lo que él nos quiere dar con su juego. En este caso se observó alerta para reconocer los sentimientos que expresa el niño y éstos los devuelve de tal manera que el niño obtiene “ïnsight” dentro de su conducta. Para lograr que se establezca el vínculo terapéutico las sesiones fueron constantes y los padres del niño comprometerse a que ésto se de, llevando ininterrumpidamente al niño a su terapia, y hablando con el terapeuta sobre sus inquietudes. El terapeuta debe tener toda la disposición, paciencia, respeto, consideraciones por el niño , estableciendo límites que le permitan al niño aprender respeto y contensión. El terapeuta sólo establece las limitaciones necesarias para tener sujeta la terapia a la realidad y para concientizar al niño de su responsabilidad en la relación.

En las primeras sesiones el terapeuta no estructura el juego (lo deja libre) simplemente observa, analiza, aclara, comprende y ayuda al niño a sentirse seguro. Más adelante se irán estructurando las sesiones según lo que necesite el niño, y según su edad.


En la terapia de juego centrada en el niño perseguimos, mediante el juego, que el menor libere sus emociones traumáticas, sea capaz de elaborarlas y desarrolle sentimientos de control sobre sus problemas, como se pudo observar en el caso de Dibs, ya que la problemática que presentó éste niño fue desenvolviéndose mediante el juego, lo cual al mismo tiempo se pudo observar lo que retraía su desenvolvimiento personal, emocional y social. Al final a cabo se puede ver que la terapia de juego, muy diferente a los otros enfoques terapéuticos, es un éxito en la mayoría de los niños con estos tipos de problemas y más.



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